martes, 17 de febrero de 2009


Tercer elemento del código radiofónico, indispensables en los programas dramáticos porque su finalidad es ambientar situaciones, complementarlas e ilustrarlas. Si no, nosotros como radioescuchas no desarrollaríamos la imaginación ni visualizaríamos el objetivo.

Establecen el lugar, escenario, tiempo, ambiente psicológico, incluso la personalidad de un personaje. Eso no significa usar todos los sonidos que hay, sino los necesarios para que el receptor capte qué pasa y donde está.
Un error muy común es llenar un vacío de voz o música ambiental con un efecto sonoro, esto puede llevar al programa al ridículo ya que por sí solo no tiene un fin en particular.
Pero hay que saber usarlos, si la voz está en primer plano, los sonidos y la música deben bajar en el fondo; si la voz queda en silencio, estos sonidos pueden subir en volumen.

Es importante que los sonidos sean identificables por el público, es decir que los conozca, porque puede llegar a causar confusiones.
La función de los efectos sonoros de atraer a la audiencia y convertirlo en protagonista de la representación, que se sienta dentro.
Un ejemplo de efecto sonoro es el sonido de animales como gallinas y chivos para ilustrar la vida en el campo.

Desde el inicio de la radio se usaron efectos sonoros y mensajes musicalizados para abrir y cerrar estaciones, identificar programas y separar los temas de éstos (vivos, musicales, noticias, deportes, etc.).
Antes, los efectos sonoros eran producidos con gran ingenio; ahora la radio perdió ese glamour para dar paso a las nuevas tecnologías, que tampoco es malo pues ha aportado bastantes cosas buenas.

Una vez que la palabra se combina con los efectos sonoros y la música, la radio expande el horizonte de la imaginación de nosotros. La radio como medio de expresión sensitivo e intelectual no es un medio pobre, al contrario es una de las artes más nobles de la expresión humana.

Bibliografía:

Romo, C., (1987). “Introducción, conocimiento y práctica de la Radio”. Ed. Diana. México.
Figueroa, R., (1996). “¡Qué onda con la Radio!”. Ed. Longman. México.

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